Manuela Gómez: la primera canoísta colombiana en unos Olímpicos

Desde niña, Manuela mostró una inclinación natural hacia el deporte. Se destacó en el fútbol durante su etapa escolar, ganó varios campeonatos y fue reconocida como la mejor jugadora y delantera. Sin embargo, el destino le tenía reservado un camino diferente. La profesora Lorena Saavedra la invitó a probar el canotaje. A pesar de su miedo al agua, Manuela encontró en el remo una nueva pasión.

Por Andrés Beltrán

Periodista del Comité Olímpico Colombiano


Manuela ha hecho historia a lo largo de su carrera deportiva. Será la primera atleta colombiana en competir en la disciplina del canotaje de velocidad en unos Juegos Olímpicos, es la primera de los Gómez Sánchez, fue la primera colombiana en llegar a una final de un Campeonato Mundial Juvenil, también es la primera y única medallista panamericana nacional (con Mádison Velásquez) y junto con su novio Alejandro Rodríguez fueron los primeros colombianos en llegar a una final del mundo de canotaje en la rama mixta.

La primera de los Gómez Sánchez 

Manuela Gómez nació en Ríonegro, Antioquia, en el año 2000, es hija de don Darío Gómez y doña Yeni Fernanda Sánchez, trabajadores del campo, dedicados actualmente al cultivo de pimentón, es la mayor de tres hermanos, Geraldine (14 años) y Samuel José (6 años). De niña le encantaba navegar con su padre para ir a pescar o de camino a fincas aledañas que labraban sus padres. A temprana edad, Manuela aprendió de su padre el valor del trabajo arduo del campo, lección que ha aplicado en cada aspecto de su vida, el sudor de la frente no era una metáfora y las cosas en la vida se ganan con sacrificios.

A los ocho años, una tragedia casi la aleja del agua para siempre. Mientras sus padres trabajaban en una finca, pidió a don Darío permiso para salir de pesca en la represa de Guatapé, un accidente al subir a la canoa la arrastró al agua y casi se ahoga, su padre la rescató ya inconsciente, un milagro indicó don Darío, puesto que la maquina con la que cortaba el pasto se daño justo en el momento del accidente y logró escuchar los gritos de unos vecinos que cruzaban y el chapoteo de su hija.

El alto rendimiento

Desde niña, Manuela mostró una inclinación natural hacia el deporte. Se destacó en el fútbol durante su etapa escolar, ganó varios campeonatos y fue reconocida como la mejor jugadora y delantera. Sin embargo, el destino le tenía reservado un camino diferente. La profesora Lorena Saavedra la invitó a probar el canotaje. A pesar de su miedo al agua, Manuela aceptó el desafío y encontró en el remo una nueva pasión.

En 2014, Manuela comenzó a remar bajo la guía de su entrenador Arlin Peña. Sus primeros botes fueron en fibra de vidrio, terminaba los entrenamientos con picazón y aunque no ganó inicialmente, su determinación pronto la distinguió, su entrenador le vio talento, la animó a seguir, a Manuela le gustó la tranquilidad que se vive dentro del agua, el paisaje, aprendió a dominar el bote rápido para no caerse, tuvo que dejar el hogar de sus padres a los 15 años para vivir con su abuelo paterno don Alfonso Sánchez y así estar más cerca de sus entrenamientos.

En 2015, en los Juegos Nacionales de Prado, Tolima, ganó su primera medalla de plata en el alto rendimiento y se puso de inmediato en el radar del canotaje colombiano.

La primera finalista de un Mundial juvenil

La carrera de Manuela se consolidó en 2016, ganó sus primeras medallas internacionales en las pruebas de c1 200 y c1 500 metros, en los Juegos Bolivarianos de Playa Iquique Chile, una sensación única sintió Gómez. Supo que tendría que enfocar su fuerza y tiempo de manera completa al deporte.

En 2018, fue a su primera participación en el Campeonato Mundial Juvenil en Bulgaria, donde quedó quinta, un hito significativo, pues se convirtió en la primera colombiana en llegar a esta instancia. Gómez, junto a su compañera de equipo Leidy Daza, obtuvieron la clasificación en la prueba C2 500 metros al finalizar en la quinta posición con un tiempo de 2:07.582.

Manuela, conquistó sus primeras medallas de oro en los Juegos Nacionales de Cartagena 2019, ganó tres de oro (c2 200, c2 500 y c1 500) y una de plata en el c2 200. La pandemia en el 2020 presentó nuevos desafíos, pero Manuela continuó su preparación, esta vez desde el Lago Calima y con la liga del Valle del Cauca, renovó su pase con el equipo nacional y ganó la primera medalla para la delegación colombiana en los primeros Juegos Panamericanos Junior de Cali 2021, una medalla de bronce obtenida junto con su compañera Madison Velásquez en la prueba c2 500.

El ciclo olímpico y el amor 

Manuela inició su participación en los ciclos olímpicos con los Juegos Bolivarianos de Valledupar 2022, ganó una medalla de oro, en el c2 500 con su compañera Yurley Marín y un registro de 02:14.63, también se ganó la medalla de bronce en el c1 200 con una marca de 01:03.55, un inició que la obligo a ejecutar de cuatro a tres rutinas de entrenamiento diarias, pues los Juegos Suramericanos eran un reto para ella, los pronósticos la ponían fuera del medallero y eso la motivó.

Los Juegos Suramericanos de Asunción 2022 fueron especiales para Manuela, no solo por ganar dos medallas de plata en el c1 200 y en el c2 500 metros con su compañera Yurley Marín, en estos Juegos formalizó una relación Alejandro Rodríguez, doble medallista de oro en estas justas y un compañero de equipo que se convertiría en su apoyo incondicional y su pareja.

El 2023 fue un año de contrastes, el fallecimiento de su abuelo en marzo fue un golpe emocional profundo, también fue un año de nuevas experiencias, Manuela y Alejandro hicieron historia en el Campeonato Mundial de Duisburgo, fueron los primeros colombianos en clasificar a una final del C2 500 metros mixto en una justa mundial.

Ese resultado les brindó una participación en la AAA Cup Altai Regatta en Rusia, donde ganaron una medalla de plata, una casualidad del destino fue su victoria puesto que las parejas eran acomodadas por sorteo, dio la casualidad de que ellos dos se sacaron para competir juntos y así se ganaron la medalla de plata en rusia.

Manuela y el canotaje colombiano volvían a hacer historia, pero esta vez en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, Gómez junto con su compañera Madison Velásquez le dieron a Colombia la primera presea en la disciplina de canotaje en unos Juegos Panamericanos. Una medalla que la consiguió en honor a su abuelo, para estas justas siempre tuvo una premisa que siempre le dijo don Alfonso: “Mijita, uno tiene que trabajar por los sueños, porque ellos no caen del cielo”.

La primera en unos Juegos Olímpicos

El año 2024 trajo consigo la clasificación a los Juegos Olímpicos de París. Manuela viajó con un equipo unido, que se apoyó incondicionalmente en el Campeonato Panamericano y Clasificatorio Olímpico de las Américas de Canotaje en Sarasota, Estados Unidos, se adjudicó la medalla de plata en la prueba c1 200 tras un cruzar la meta con un tiempo de 49.744.

Una noche a pocos días de iniciar sus competencias soñó con su abuelo, don Alfonso llegó exclusivamente a darle un abrazo, y el día de la competencia cuando estaba alineando su bote para la salida unos nervios nunca sentidos llegaron a su corazón, no paraba de latir, le saltaba, nunca lo había sentido con esa fuerza. Miró a su lado y en el lago una tortuga sacó la cabeza, la llenó de tranquilidad porque se quedó inmóvil mirándola, no como siempre que se espanta, y pudo pensar en ella, no miró a sus rivales, sus paladas fueron de menos a más y cruzó a París, su sueño.

Actualmente Manuela lleva sus entrenamientos en el Embalse del Peñol, ese mismo embalse que casi se la lleva cuando tenía ocho años, ahora no encuentra un lugar más tranquilo y en paz que en su bote y en el agua, en ocasiones se le vienen recuerdos cuando era niña, como cuando una vez escribió tras la portada de un cuaderno que tenía de Mariana Pajón que llegaría a unos Juegos Olímpicos.  Hoy sus sueños se cumplen y aunque no le gusta vivir de imaginarios, sabe que será la primera en esta disciplina y se proyecta a ser la primera colombiana en unas finales olímpicas.

Deja una respuesta